El Francotirarock y qué pasa si cruzas mal un semáforo en China

En China, cruzar en rojo un paso de peatones no solo implica una multa, sino también una humillación pública por mal comportamiento cívico. Álex Clavero no deja pasar la oportunidad de señalar lo irónico de la situación: “Y eso que allí el color del civismo, es el rojo!". Esta peculiar forma de castigo no se queda solo en una multa económica; las autoridades han implementado un sistema de sensores que detecta a los peatones que cruzan ilegalmente. En el momento en que alguien comete la infracción, un chorro de agua fría los rocía en la cara mientras se escucha una voz que advierte: "Por favor no crucen ahora la calle, es peligroso".

Clavero no puede evitar señalar lo absurdo de este método: “Claro, que cegarte los ojos cuando estás cruzando la calle en rojo es lo más seguro para la ciudadanía!! Esa idea me parece un atropello!”. El sistema, diseñado para desincentivar el cruce imprudente, parece más una trampa irónica que un verdadero mecanismo de seguridad.

Imaginando esta medida aplicada en España, el humorista pinta una escena de lo más cómica: “Esto lo pones en España y la gente sale sin ducharse de casa!! Le digo a mi mujer, en China si cruzas en rojo te echan un chorrazo de agua a la cara, qué te parece? Pues que se me riza el pelo!!!”. Clavero bromea con las complicaciones que algo tan trivial como un cruce en rojo podría tener en la vida diaria, especialmente cuando los preparativos matutinos se ven afectados. Con su característico tono irónico añade: "Le meto un puñetazo al muñequito del semáforo… Media hora con las planchas y voy a llegar al curro como si fuera Luis XVI!".

Pero la cosa no termina ahí. En Shanghái han ido un paso más allá al implementar cámaras de reconocimiento facial que capturan al infractor y luego proyectan su imagen en pantallas gigantes para que todos puedan ver quién ha cruzado ilegalmente. Clavero, fiel a su estilo, destaca la dificultad que este tipo de tecnología tendría en China: "Ya tienen que ser buenas las cámaras, para distinguirlos, que esto es China!!". Acompañando la broma con un toque de humor sobre los rasgos físicos de los asiáticos, añade: "Este es el típico chiste… No te ofendas… Pero no me negarás que tienen los chinos una mirada como para que tú les rocíes cara con agua!!".

A partir de aquí, el monólogo de Clavero toma un giro hacia lo más absurdo, explorando las posibles dificultades del reconocimiento facial en China. “Los van a tener que reconocer por los lóbulos de las orejas!!”, dice entre risas, y añade una observación divertida: "Si ya en reposo ven a dieciséis novenos… Si cierran más los ojos les van a salir las dioptrías en los párpados!". Con estas imágenes exageradas y chistes ingeniosos, Clavero lleva el tema a un terreno totalmente cómico.

El monólogo sigue con una serie de bromas sobre cómo identificar a los infractores en China: "Ya ves tú el que tiene que poner los nombres a las imágenes... Ese era… Tú pon Chang… Un tal Chang… Los que salgan dando un salto… Jackie Chang! Y a los que no salen porque bajan la cabeza… Aga-Chang! Y el que cruce haciendo el payaso Tantata Chang!!!". En este punto, Clavero saca a relucir su habilidad para jugar con los estereotipos y llevar la risa al público con un toque de humor absurdo y exagerado.

Sin embargo, Clavero no deja de hacer un guiño a la realidad española: "Pero a mí eso no me va a pasar porque en España no cruzamos en rojo por los pasos de peatones… Cruzamos por donde no hay ni paso de cebra en el suelo!!!". Aquí, el humorista señala con ironía que, si bien en otros países se castiga severamente a los peatones que cruzan en rojo, en España la costumbre es cruzar por donde no hay ni siquiera un paso habilitado.

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