El Francotirarock y el día en que voló en calzoncillos en un desfile

En las universidades, es común realizar diversas actividades para recaudar fondos destinados al viaje de fin de carrera. En la Universidad de Valladolid, donde estudiaba Álex Clavero, se organizaban fiestas y se instalaban barras de bebidas, todo con el propósito de "sacar pasta". Según Clavero: "Yo he puesto más calimochos que un barman de Tafalla".

Otra de las actividades que solían hacer era un desfile de ropa con marcas de tiendas locales. En su carrera de trabajo social, la mayoría de los estudiantes eran mujeres, por lo que los pocos hombres eran altamente solicitados para participar. Clavero, que estaba en segundo año, fue convencido por los de tercero para que desfilara con ellos. “Efectivamente había tan pocos chicos que me tocó salir en calzoncillos delante de toda la universidad”, relata. Con su habitual tono, añade: "Yo, con este cuerpo que tú dirás, bueno pero lo mismo tiene un paquete el Clavero que te viene con repartidor de Amazon!! Pues no, yo tengo un soldadito tranquilito y tímido… Y un cuerpo que me puedo hacer una contractura poniéndome los calzoncillos!!!".

El momento se tornó más desafiante cuando se dio cuenta de que compartiría escena con un compañero extremadamente musculoso. “Que yo lo vi y le dije: Tú no eres de Trabajo Social! En trabajo social todos teníamos el físico de Pablo Iglesias!! Como mucho el de Errejón!!”, exclamó el Francotirarock. La comparación subraya el contraste físico entre ellos, con Clavero representando a los "normales" del trabajo social y el otro chico destacando por su musculatura.

Previo al desfile, ambos se encontraban en el camerino. Mientras estaban en calzoncillos, su compañero empezó a hacer flexiones y le animó a unirse. “Y me tumbé en su espalda! Y me dice: Qué haces? Digo, no lo sé, estoy muy nervioso…”. Su intento de calmarse reflejaba su nerviosismo y falta de familiaridad con este tipo de situaciones.

El chico musculoso le sugirió hacer ejercicios para inflar los músculos y lucir mejor en el desfile, a lo que Clavero respondió con su habitual sentido del humor: “Digo, qué músculos? Si yo intentaba mover una teta y se rompieron las gafas!”. A pesar de su reticencia, Clavero se unió a los ejercicios de flexiones y abdominales, lo que resultó ser una experiencia memorable. “Recuerdo que entró un colega, me vio: Digo: A este gimnasio me acabo de apuntar!!!”.

Antes de salir al escenario, su compañero le dio aceite para embadurnarse el cuerpo. Clavero se lo tomó como una broma: “Tú estás disfrutando!!! Tú te has apuntado a trabajo social porque hay más tías que en enfermería!!”. Sin embargo, aceptó y se preparó para el espectáculo.

El desfile comenzó con ambos saliendo al escenario acompañados de una música vibrante. Clavero describe la escena de forma pintoresca: “Parecíamos el perro de piolín y silvestre después de caerse en un bocadillo de Paco Roncero… Porque él estaba muy cachas pero tenía menos culo que un Dacia Sandero!!”. Durante el desfile, cuando llegó el momento de quitarse la camiseta y quedarse en calzoncillos, Clavero improvisó un acto cómico para atraer la atención del público: “Yo me la empecé a pasar entre las piernas, me tiré al suelo, hice la tortuga…” Pero la situación se salió de control debido al aceite en su cuerpo, y comenzó a girar sin control: “Salí como un Rumba con un subidón de tensión!! Y fuiiihhh!!!”.

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