El primer y absurdo escándalo de The Rolling Stones: multados por “mear” en una gasolinera

Aunque, conociendo a The Rolling Stones, parece algo menos, lo cierto es que escandalizaron al público inglés

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Dadas las locuras que The Rolling Stones han hecho a lo largo de su carrera, resulta extraño que el público británico se escandalizara, en su momento, por algo tan absurdo como que fueran multados con cinco libras por hacer pis en una gasolinera. Sin embargo, a mitad de los '60, cuando la banda comenzó a ascender en su carrera, el público inglés era mucho más impresionable de lo que es ahora. 

Todo comenzó un 18 de marzo de 1965, cuando el bajista Bill Wyman volvía a Londres con la banda y anunció que necesitaba hacer pis. Como no podía ser de otra manera, la banda aparcó en una gasolinera y, mientras el resto de miembros se quedaron en el coche, Wyman entró y le preguntó al cajero, de muy malas formas, que dónde podía ir al baño. 

El encargado de recibirle fue Charles Keeley, un hombre de 41 años que posteriormente describiría al bajista como “un monstruo peludo con gafas oscuras”. En aquel momento, la respuesta del Charles ante el músico fue que no había baño, lo cual Wyman no se tragó ni por un momento. Sin embargo, el bueno de Bill regresó al coche, a punto de explotar y le contó lo que pasaba a sus compañeros. Entonces, Mick Jagger le cogió de la mano y le dijo: “Vamos Bill, te vamos a encontrar un retrete”. 

Y así, Mick, Wyman, Joey Page y Brian Jones marcharon juntos a preguntarle al hombre de la gasolinera si podían ir al baño y este comenzó a gritarles. En aquel momento, Jagger se cansó de tonterías y le dijo al dependiente que mearían donde quisieran, llamando a más de sus compañeros para que gritaran “we'll piss anywhere, man”, mientras se aliviaban en la pared de la gasolinera. Segundos después, un coche patrulla se presentó en el local. 

Los agentes de policía pusieron a todos los Stones contra la pared y les intentaron asustar un poco, aunque, por suerte, se fueron con una multa y nada más. Sin embargo, al día siguiente, toda la prensa ya se había enterado de lo sucedido. Lo cierto es que las historias variaron mucho a lo largo de los tabloides, había quien decía que la banda había sido arrestada por la policía y, otros, que alguien había apuntado la matrícula de su coche. La mala suerte quiso que un testigo les viera hacer pis en la gasolinera y que le dijera a la policía que, si no se presentaban cargos de oficio, él mismo sería el encargado de demandarles. Sea lo que sea lo que sucediese, solo algo está claro: The Rolling Stones siguieron ascendiendo cada vez más. 

En julio de 1965, la banda se tuvo que presentar en un juicio y, para aquel entonces, ya eran número 1 con el “(I Can't Get No) Satisfaction”. Aunque los británicos tenían, en aquel momento, unas estrictas leyes de decoro, lo cierto es que nadie iba a arriesgarse a castigarles con nada más de una multa y una regañina del juez. La banda fue declarada culpable de tener “un comportamiento insultante” y poco más. 

¿La moraleja? No le digas a los Stones que se aguanten sin ir al baño porque te lo harán pagar muy, pero que muy caro y, como ya ha pasado tantas veces, sus actos no tendrán consecuencias. 

RockFM