Nicko McBrain (Iron Maiden) y su frustración al ser incapaz de tocar "The Trooper": "No me sale"

No tiene pelos en la lengua. Si por algo se caracteriza el bueno de Nicko McBrain, es por ser una persona muy natural y sincera. El batería de Iron Maiden sigue inmerso en la recuperación del grave problema médico que sufrió hace un año y medio. Y, desde entonces, el artista ha hablado sin tapujos sobre cómo está viviendo este proceso en cada entrevista que ha concedido. Siempre con sencillez y ofreciendo la versión más cruda de lo que supone una rehabilitación de este tipo.

Recordamos que en enero de 2023, McBrain, batería de Iron Maiden desde 1982, sufría derrame cerebral con parálisis parcial en su casa de Boca Ratón. En un instante, tanto su carrera como su vida peligraron gravemente y el artista tuvo que comenzar un viaje lleno de desafíos hacia la recuperación.

PROBLEMAS AL TOCAR "THE TROOPER"

Pese a que la evolución del batería de Iron Maiden esté siendo satisfactoria, hay algunos aspectos de su desempeño habitual que se han visto afectados. Así lo ha revelado en una nueva entrevista con el pódcast The Washington Tattoo (vía Blabbermouth). En él, Nicko McBrain confesó ser incapaz de tocar el himno de Iron Maiden, "The Trooper", por la velocidad que necesita para tocarla. Algo que en estos momentos le resulta imposible.

“En los tres primeros meses de un ictus es cuando se tiene la mayor recuperación. Después, los tres meses siguientes, un poco menos, y luego los tres meses siguientes, y así sucesivamente. Ya casi llevo año y medio, pero será la semana que viene. ¿Qué fecha es? Sí, dentro de 10 días. Así que todavía no estoy donde quiero estar. Probablemente tengo... No puedo hacer, no puedo hacer... Así que si esto es un tempo, ya no puedo hacer un rollo de 16 notas pasando a rollos de 32 notas”, comenzaba explicando McBrain. Una frustración lógica expresada con ese "todavía no estoy donde quiero estar".

Y es que es esa velocidad lo que le lleva al límite en la actualidad. Haciendo totalmente imposible interpretar ciertas canciones: “Lo que pasa es que puedo tocar corcheas, como ese tipo de groove. Puedo hacer dobles, pero cuando intento tocar esa 16ª a esa velocidad, en lugar de subir y bajar, se tambalea de izquierda a derecha, cuando empiezo a tocar rápido, cuando intento tocar rápido. Así que he tenido que ajustar mis fills ahora. Ya no toco 'The Trooper' porque no me sale... Es la velocidad. Puedo hacerlo todo lento, pero he tenido que asegurarme de que mientras pueda mantener el groove de la canción, que normalmente es...”. Este inconveniente llevó a la banda a tomar una brillante solución, como os contamos hace unas semanas y que puedes leer pinchando aquí.

EL TRÁGICO DÍA

Por su parte, Nicko también abordó el fatídico día en la entrevista. El batería de Iron Maiden contó cómo fueron esos momentos previos a que todo se desencadenase. Un testimonio muy valido y que puede servir como método de detección para todas las personas que lo lean.

“Ocurrió el 19 de enero del año pasado. Ese día me operaban de cataratas. Y supongo que había mucho estrés y angustia, con alguien jugando con tus ojos. Y me estaba haciendo los dos al mismo tiempo. Antes, me operaba uno a la vez por si acaso no funcionaba. Te quedarías ciego de un ojo, no de los dos. Y sabía de buena tinta que esa es la única razón por la que no les gusta hacer, incluso hoy en día, las dos cosas al mismo tiempo. Pero tenía confianza en el cirujano, con la forma en que lo hacen hoy en día. Y le dije: 'Oh, ¿me pueden hacer las dos cosas a la vez?'. 'Sí, sin problema'”, relataba McBrain.

“En fin. Recuerdo que estaba viendo un partido de tenis en la tele. Me levanté a las seis de la mañana, lo que no es habitual en mí, porque hoy en día me levanto sobre las siete o las siete y media. Me levanté y estaba un poco ansioso. Me tumbé en la tumbona y me fui a dormir. A eso de las ocho pensé: 'Voy a echarme una siesta. Me siento muy cansado'. Me desperté 45 minutos después y me había dado un ataque”, rememoró el artista.

“Y pensé que eran alfileres y agujas, pero no podía sentir los alfileres y las agujas. Levanté el brazo y pensé: '¿Qué está pasando aquí?'. Y podía sentir [el brazo] pero no pasaba nada... Y solté el brazo y se cayó, y yo, como: 'Oh, mierda. Algo no está bien'. Y no me paralizó la pierna, aunque mi pierna estaba tambaleante. Lo cual es bueno, porque mi pie todavía funcionaba. Al menos una gracia salvadora: Dios me dio mi pie derecho. Ya no está tan bien como antes, pero... En fin, fui a los médicos, o me llevaron al hospital”, terminó recordando.