Gene Simmons gana más dinero tocando en solitario que con Kiss: “Modelo de negocio de semi-genial”

El que fuera bajista y vocalista de Kiss ha desvelado cómo consigue hacer más dinero ahora que con su banda
Cordon Press

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Desde el pasado 2 de diciembre, la trayectoria de Kiss sobre los escenarios. Sin embargo, eso no ha impedido que Gene Simmons siga haciendo una de las cosas que más le gustan en el mundo: dinero. Y es que, tras años de crear todo tipo de merchandising, de generar ingresos con experiencias y de triunfar en todo el mundo, Simmons se ha aventurado en una gira en solitario con su propia banda y, según él, esto le reporta más beneficios de los que conseguía tocando con su antigua banda.

En una nueva entrevista con Steve-O's Wild Ride (vía Ultimate Guitar), el bajista y vocalista ha explicado cuáles son las claves de su nuevo plan de negocios para que tocar le salga cada vez más rentable.

"Gene Simmons Band ya ha sido cabeza de cartel, oh cielos, estuvimos en Sudamérica, Sao Paulo. Así que vamos a Europa para encabezar festivales y otras cosas, y simplemente vamos divertirnos mucho. Por cierto, he diseñado un modelo de negocio que es simplemente semi-genial. Aparezco con mi púa de guitarra. Y ya está. No hay manager, ni roadies, ni camiones, ni equipo. Todo lo proporciona el promotor: los vuelos, los hoteles, todos los amplificadores, la batería, todo se alquila localmente. Ese va a coste del promotor y cualquier cantidad de seis cifras o más, me la embolso yo".

Reduciendo gastos en, básicamente, todo menos su presencia, Simmons se ha asegurado una fortuna en los próximos meses: "Gano literalmente más dinero por concierto con Gene Simmons y la Gene Simmons Band que con Kiss. Sin contar con los accesorios y todo eso, porque no tienes un equipo de 60 hombres, tres aviones de dos pisos ni un jet privado que está de guardia los siete días de la semana, y de 20 a 24 tractores-remolque".

Chuck Berry era igual, pero al extremo

Este modelo de negocio ya lo tenía el legendario Chuck Berry, que no llevaba ni siquiera una banda con él. Cuando llegaba a un lugar donde tenía programado tocar, el artista le pedía absolutamente todo al promotor, desde amplificadores hasta la gente que tocaba con él... a riesgo de una penalización de 2000 dólares. Sin duda, para él sería rentable, aunque no tanto para el que le contratara.

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