El cantante al que James Hetfield considera “el enemigo”

El vocalista de Metallica tuvo un encontronazo con otro conocido artista tras un concierto accidentado

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En más de 40 años de carrera es imposible no haber tenido algún desacuerdo entre la propia banda o incluso con otros artistas, pero lo que le ocurrió a Metallica es difícil de olvidar. En 1992, después de publicar un año antes su álbum homónimo conocido como ‘Black Album’, los californianos salieron de gira con otro de los grandes grupos del momento, Guns N Roses. Sin embargo, lo que podría haber sido una combinación explosiva en el mejor de los sentidos, terminó por convertirse en el punto de inflexión que rompería las relaciones entre ambos vocalistas, James Hetfield y Axl Rose.

La gira Guns N’ Roses/Metallica Stadium Tour arrancó en julio y ese verano recorrería Estados Unidos y Canadá, pero a medio camino, el 8 de agosto, un trágico suceso puso fin a la buena relación entre ambas bandas, o al menos parte de ellas. Durante la interpretación del “Fade To Black” de Metallica, James Hetfield fue alcanzado por uno de los lanzallamas colocados en el escenario, con tan mala suerte que sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el brazo, la espalda y el rostro: “Estaba un poco confuso sobre dónde debía posicionarme”, recuerda Hetfield. “Anduve hacia delante, anduve hacia atrás y el hombre de la pirotecnia no me vio. De repente, todas las llamas comenzaron a salir desde debajo. El cantante se quemó casi entero. Todo su brazo estaba calcinado, llegándose a ver el hueso. El lateral de su cara también, perdiendo además parte de su pelo.

El frontman tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital, aunque no sin algunos problemas como, por ejemplo, que uno de los guardas de seguridad se rozara, sin querer, con su mano quemada. James le propinó, del dolor, un puñetazo en la entrepierna.

Tal y como había ocurrido en las fechas anteriores, se esperaba que Guns N Roses saliese al escenario después de los metaleros y continuase con el espectáculo, pero después de tocar tan solo tres canciones, Axl Rose abandonó el concierto alegando problemas de voz y fallos con el monitor. Lo cierto es que Rose no estaba en su mejor momento, ya había sido arrestado por disturbios el año anterior y, desde que comenzó el tour, se había quejado de tener problemas vocales. El artista, de hecho, volvía al escenario después de varias fechas canceladas, pero para ese día había prometido un gran concierto, un “tifón de caos”, como efectivamente acabó siendo.

El fracaso absoluto de la noche enfadó a los asistentes, que estallaron en una espiral de violencia que causó graves destrozos en el recinto e incluso dejó varios heridos. De las 53.000 personas que estaban en la audiencia, solo unas 2000 estuvieron en los disturbios. Sin embargo, los daños fueron tantos, incluyendo destrucción de farolas y de un coche de policía, que el evento quedó marcado para siempre como uno de los más infames de la historia.

Hetfield, que confiaba en que sus compañeros de gira siguiesen adelante y salvasen la noche, quedó muy decepcionado con la actitud de Rose: “Se enfureció y eso fue todo”, comentó en un diálogo con Rolling Stone. “Estaba tan decepcionado con él. Porque podría haberse ganado a tanta gente si hubiera continuado con el show. Y fue exactamente al revés. Eso empeoró las cosas diez veces más y puso en peligro la vida de las personas. Hubo mucha violencia innecesaria por su actitud”.

La gira se paralizó durante unos días y no volvió hasta el 25 de agosto. Hetfield estaba ansioso por volver al escenario y, de hecho, lo hizo, pero solo cantando, sin tocar la guitarra, lo cual era terriblemente incómodo para él. Para cuando el tour se acabó, la relación entre los líderes de Guns N' Roses y Metallica había quedado permanentemente dañada.

RockFM