Habla el hombre que le cambió el ojo de color a David Bowie (de un golpe): “¿Pensaría en mí cuando se miraba?”

Una riña de bar -por culpa de los celos- provocó que Bowie acabará sufriendo heterocromía

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Actualizado 12:03

El hombre que le pegó en el ojo a David Bowie de adolescente, provocando que su iris cambiara de color, lo que se conoce como heterocromía (un ojo de un color diferente a otro), ha afirmado que aún le preocupa pensar en aquel momento.

George Underwood conoció a David Jones -que sería, al poco, conocido como Bowie- cuando ambos tenían tan sólo 9 años. Puede que no lo sepas, pero a ambos les unió, toda la vida, una fuerte amistad, aunque, de chavales, una disputa por una potencial novia, provocara la escena del golpe. Eso sí, una vez resueltos sus problemas, ambos viajaron juntos por todo el mundo y, de hecho, Bowie utilizó sus habilidades artísticas para varias de sus portadas, como la de 'Hunky Dory' y 'Ziggy Stardust'.

Ahora, aprovechando una próxima exposición que realizará en Londres, Underwood ha charlado con la BBC (vía Ultimate Classic Rock) sobre el momento en el que, de un golpe, le cambió el ojo de color a Bowie.

"Siempre estábamos juntos, éramos muy buenos amigos y solíamos ir por Bromley High Street vestidos de punta en blanco, pensando que éramos un regalo de Dios, intentando ligar con todas las chicas".

Ambos chavales intentaron atraer a una chica llamada Carol, que cumplía 15 años, y que había accedido a tener una cita con Underwood en el local al que iban todos los jóvenes de su grupo de amigos. Sin embargo, Bowie le dijo a George que la muchacha había cambiado de idea y que, en su lugar, iba a quedar con él.

"Decidí ir al club juvenil un poco más tarde, porque nunca había estado allí", continuó Underwood, "y su amiga salió gritando: '¿Dónde has estado? Carol lleva esperándote más de una hora'". Pensé: 'Uh-oh. David me ha contado una mentira'".

Un amigo le dijo a Underwood que la única forma de arreglar aquello era “darle una tunda” a Bowie. Así fue, porque la mentira le iba a salir muy cara.

¿Una venganza... o un favor?

Con el tiempo, Bowie admitió que el golpe que había recibido no había sido precisamente devastador: "No fue un puñetazo muy fuerte, pero obviamente me pilló en un ángulo bastante extraño", admitiendo que había estado "presumiendo con mi compañero de lo casanova que era".

El iris izquierdo de Bowie quedó paralizado, dando la impresión de que sus ojos eran de colores distintos.

"Fue horrible", recuerda Underwood. "No me gustó en su momento. Pero claro, después, he aquí que dice que le hice un favor porque le dio ese aspecto enigmático, de otro mundo".

Aún con todo, Underwood sigue recordando a Bowie con el más inmenso de los cariños: "Le echo mucho de menos porque se fue demasiado pronto, como sabemos, y era estupendo estar con él, siempre divertido. Nos reíamos mucho. A menudo me preguntaba si cada vez que se miraba al espejo pensaba en mí".

Underwood se forjaría su propio legado diseñando portadas para bandas como T. Rex, Procol Harum o Moot the Hoople, aunque ahora admite que le preocupa que lo único por lo que se le recuerde sea por haberle pegado en el ojo a David Bowie: "Me preocupa un poco que me lo graben en la lápida".