El Fyre Festival, la mayor estafa de la historia de los festivales, prepara su segunda parte: “Va a suceder"

Billy McFarland, su organizador, prepara su segunda parte tras salir de la cárcel el año pasado

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Actualizado 12:55

Recién salido de prisión, el promotor Billy McFarland, responsable de la mayor estafa de la historia de los festivales, el Fyre Festival, afirma que está hablando con “socios” para organizar, de forma oficial, el Fyre Festival 2. El mes pasado, ya adelantó que la continuación del infame evento “por fin va a suceder”.

Lo que pasa es que hay una vuelta de tuerca más a esta rocambolesca historia, porque McFarland afirma que, encima, hay un músical de Broadway sobre la historia de Fyre Fest en camino. Lo que no está claro es quién estaría, ahora mismo, financiando el evento.

"Fyre Festival 1.5 va a ser un musical de Broadway", dijo McFarland en TikTok el lunes. "Estamos en conversaciones con socios para pagar toda mi restitución y ejecutar Fyre Festival 2", agregó.



Teniendo en cuenta como salió el primero, que ni siquiera llegó a tener lugar, es razonable dudar sobre la veracidad de las palabras del organizador.

El Fyre Festival original

En 2017, el Fyre Fest se presentó como un viaje de lujo con música en directo por McFarland y su compañero, el rapero Ja Rule. La campaña vino acompañada con la contratación de decenas de influencers para promocionar el festival. En un principio, músicos como Blink-182 fueron presentados como parte del cartel del evento, que duraría dos semanas entre abril y mayo de ese año. Sin embargo, poco a poco, los artistas comenzaron a caerse del cartel. Algo olía mal.

Por si eso fuera poco, cuando los asistentes al Fyre Fest llegaron a la isla, se encontraron con que todo era mentira: las tiendas y cabañas de lujo estaba mal puestas, no había sitio para todos, la gente se desesperaba al darse cuenta de que habían pagado, en algunos casos, miles de dólares por comodidades y lujos que no existían. De hecho, todo lo contrario, el evento se desmoronaba por momentos. No se celebró ni un concierto.

Lo que terminó de desmoronar la imagen del evento fue una foto viral. La “auténtica experiencia de la cocina isleña” que se había prometido a los asistentes se convirtió en unos tristes sándwiches. Un asistente publicó una foto de uno de ellos que se hizo viral y se recuerda hasta hoy en día.

Blink-182, posteriormente, acabó demandando a Fyre Fest después de que el evento intentara reclamar los 500.000 dólares que le habían pagado a la banda. El grupo se retiró del festival pocos días antes de su celebración, básicamente porque los medios que ofrecía el evento no solo eran limitados, sino también deficientes. Todo el merchandising del festival que no había sido vendido acabó siendo requisado y subastado por las autoridades estadounidenses.

McFarland fue investigado por el FBI por fraude tan pronto como el festival demostró ser un fiasco. No solo eso, sino que el empresario se enfrentó a diferentes demandas.

Sobre la sentencia de McFarland en 2018, el fiscal federal de Manhattan, Geoffrey Berman, dijo: "Billy McFarland ha mostrado un patrón perturbador de engaño, que resultó en inversores y clientes que perdieron más de 26 millones de dólares en dos tramas de fraude separadas”.

"Como había admitido anteriormente, Billy McFarland no cumplió sus promesas a sus inversores y clientes. Hoy, McFarland ha descubierto por las malas que las promesas vacías no conducen a la jet-set, el champán y las fiestas extravagantes: conducen a la prisión federal”.

Nunca antes un festival había decepcionado tanto: esta fue la mayor estafa de la historia de estos eventos.